Capitulo 25

Capitulo 25

Maraton 4/4

-Sí, déjenlo. Quizás deberías drogarla para que se acueste contigo, al fin y al cabo eres una piedra, no tienes sentimientos y solo quieres echar un buen polvo ¿no? –preguntó -¿o acaso la amas?

-¡¿Y QUÉ SI LA AMO?! –gritó ya demasiado alterado.

Las miradas y murmullos no se hicieron esperar. Peter Lanzani había confesado frente a toda la secundaria que estaba enamorado de ella. Entonces, lo siguiente pasó rápido. Peter  saliendo a largos y rápidos pasos de la cafetería. Nico , gaston  y Pablo corriendo tras él. Lali sin creer nada, mirando a Candela totalmente asombrada. Candela no sabía si era felicidad o rabia lo que sentía.

-Creo que no puedo seguir aquí –musitó Lali

-Dios, no puedo perderme Matemática –dijo Candela preocupada.

-Yo te doy la materia –dijo Rochi con amabilidad. Candela le agradeció y salió con su amiga de la cafetería. Corrieron buscando a los chicos, pero solo encontraron a Gaston diciendo que cubriría a los chicos, pues Peter había escapado de la secundaria.

-¿Y qué piensas hacer? –le preguntó Candela

-No lo sé ¡estoy demasiado confundida! –dijo –nunca creí que Peter … ¿por qué yo? No tengo nada fuera de lo común, no soy como Belen, o Amy o…

-Eso es, no eres común. Eres única, por eso el te ama. –dijo Candela sonriéndole con dulzura.

-¿Tú lo sabías? –preguntó ella. Candela asintió mordiéndose el labio.

-No podía ser yo quien te lo dijera, Peter debe hacerlo y de la forma correcta. –dijo. Lali asintió. Su cabeza daba mil vueltas, ¿Peter realmente la amaba? No había nada claro en su mente, ni en su corazón.

 Quizás era todo una broma y no quería tampoco ilusionarse, pero es que ¡Peter la amaba! Ahora todo parecía claro, Peter , el mejor amigo, oculto enamorado, que la protegía de todo lo malo que pudiese pasarle. Peter, quien pese a cada pelea, terminaba riéndose con ella. Peter, quien pese a acostarse con todas siempre la había preferido.

Pero ahí había un obstáculo. Su pasado nunca la dejaría en paz. Lo celaría toda la vida. ¿Pero importaba pensar eso ahora? No, solo quería encontrar a Peter.

-Llamaré a Nico –dijo Candela. Ella asintió. Marcó el número -¿Nico? ¿Dónde estás? ¿Dónde está Peter ? –Candela  arqueó una ceja. –le diré que vaya, necesitan hablar. Claro, adiós.

-¿Dónde está?

-En su casa, en su habitación, oculto –ambas rieron. –ve, yo te cubro –le guiñó un ojo. Ella asintió y corrió. No quedaba tan lejos. No tenía idea que diría, solo necesitaba hablar con él y verlo a los ojos. Que el le dijera frente a frente la verdad.

Llegó, la puerta estaba entreabierta. Nico y Pablo estaban en el sofá sentados seriamente. Ella entró y ambos levantaron la vista.

-¿Dónde está Peter? –preguntó ella con suavidad.

-Encerrado en su habitación –contestaron ambos.

-Iré a… hablar con él –musitó Lali. Ambos se miraron y asintieron. Ella subió las escaleras algo asustada. No tenía idea de que decir, no tenía claro absolutamente nada. Todo era extraño, todo había sucedido demasiado rápido. Cada escalón que subía era como un flash back de cada momento que había vivido con Peter. Como olvidar cada momento, aunque ella no fuera consciente aún, estaban hechos el uno para el otro de alguna forma.

 Ella ya estaba fuera de la puerta. Sonrió al recordar cada vez que Peter se enfadaba y se encerraba en su habitación, y ella golpeaba incesante hasta que el abría la puerta, y podían volver a reírse juntos. Era algo así como lo que ella esperaba. Pero sabía que lo menos que habría serían risas. Realmente era muy difícil que pudieran reírse, hasta hablar se le haría difícil. Por alguna extraña razón, estaba demasiado nerviosa.

Se armó de valor, debían hablar sí o sí. Golpeó tres veces la puerta. No hubo respuesta alguna. Apoyó su oreja en la puerta, por si escuchaba algo. Y sí, escuchaba a alguien sollozando. Peter estaba llorando. Le partía el alma sentirlo llorar.

-Peter, soy yo –dijo finalmente. Silencio, nada ocurrió. –Peter, ábreme la puerta ¿quieres?

Esperó otro rato. Nada pasaba. Peter estaba en una lucha con su corazón y su mente, no sabía si abrirle la puerta o no. No sabía si quería que hablaran o no.

-Peter cariño, ábreme te lo ruego –pidió ella.

Entonces, luego de otro silencio, la puerta se abrió.

Al abrirse la puerta, el rostro de Peter no se veía del todo bien. Su cabello estaba revuelto, más que de costumbre. Sus ojos azules estaban hinchados y llorosos. Sus mejillas tomaron un color rojizo luego del llanto. Ella lo miró con dolor y ternura.

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:O y ahora !!!
este peter hay que comprenderlo el chico tiene miedo que no le corresponda :(
aqui se termina la maraton perooooooo si hay muchassss firmas subo el 26.  es el 26!!!! 
Gracias por sus 30 firmas!!