Capítulo 42

Capítulo 42

Dio un largo suspiro al percatarse de que realmente tenía un día para disfrutar de la compañía de sus amigos, y que luego los dejaría de ver tres meses. Se sintió tonto, tampoco debería haberlos apartado tan bruscamente de su vida durante los últimos tres meses. Pero tampoco se sentía bien para estar con nadie.

Quería estar solo, pero necesitaba hacer un esfuerzo y disfrutar antes de hacer su viaje. Tomó su celular, que prácticamente lo usaba solo para algo realmente necesario, y marcó el número de Agustin.

-¿Peter? –preguntó un poco confuso -¿pasa algo?

-¿Estás ocupado? –preguntó el .

-En realidad no, o sea planeaba salir con los chicos, pero eso –dijo Agustin un tanto confundido, hace mucho que Peter no lo llamaba.

-Yo quería saber si podríamos salir los cinco, hacer algo interesante… ya sabes, mañana me marcho a Nueva York y desearía estar con ustedes… -musitó Peter. Se mordió el labio

-¿Enserio? –Agustin se sorprendió, Peter prácticamente se había esfumado de su grupo de amigos, claramente todos entendían el porqué, pero le alegraba también que quisiera estar con ellos –llamaré a los chicos para organizar algo, y te llamo.

-Claro –dijo Peter –y… gracias.

-Por nada hermano.

Peter miró el techo de su habitación. Esas ganas de llorar volvían otra vez. Día a día se decía que lo superaría, fingía frente a su familia y se encerraba en la habitación, si no estudiaba, lloraba o hacía algo sin importancia. Su vida era una rutina, una poderosa y consumidora rutina. Odiaba en lo que se estaba convirtiendo, pero realmente necesitaba de Lali para salir del hoyo en el que estaba. Su teléfono comenzó a sonar.

-¿Agus?

-En media hora en casa de Gaston ¿sí? –preguntó algo desconfiado Agustin. Quizás Peter terminaría por arrepentirse.

-Allí estaré –prometió.

Fue al baño a mirarse al espejo. No lucía del todo bien, había estado llorando. Suspiró, se lavó la cara. Lucía relativamente mejor. Fue hasta su habitación, revisó sus bolsillos en busca de sus documentos, y entonces de su billetera, se cayó una foto. La recogió y ese nudo en la garganta volvió de forma inmediata. Era la foto de ella. Sonreía, y esa alegría que transmitía también llegaba a sus ojos. Dolía, que fuera tan linda y dolía que la extrañara tanto. La guardó, sin antes darle otro vistazo.

-Supéralo Peter, hazlo –se dijo a si mismo.

 Se sentó en la cama, con las manos en la cabeza. ¿Desde cuando para él había sido tan difícil superar a una chica? La respuesta siempre era la misma, desde que conoció a Lali y se enamoró de ella.

Pasó un tiempo, y se dispuso a ir a la casa de Gaston. Lucía mejor cuando se vio en el espejo. Tomó el auto y manejó hasta la casa de Gaston. Se bajó y tocó el timbre.

-¡Peter ! –Pablo le sonrió y le dio un corto abrazo al verlo. Peter  sonrió, realmente los extrañaba. –ven, estamos en el patio trasero.

Caminaron hasta allí, y estaban sus amigos reunidos riéndose y charlando. La nostalgia lo invadió y se sintió totalmente estupido al haber dejado a sus amigos, al fin y al cabo, ellos eran uno de sus mayores apoyos ahora.

-¡Llegó mi novio! –Agustin se levantó a abrazarlo divertido. Se rieron.

-Agus, aquí no. –ambos se rieron.

-Hola Peter –dijo Gaston también dándole un abrazo corto. Nico también lo saludó sonriente, ellos también extrañaban a su mejor amigo. Se sentó y Pablo le ofreció una cerveza, aceptó con una sonrisa.

-Gaston y yo apostábamos –comentó Nico –le aseguré que no resiste una semana sin sexo, y el dice lo mismo de mí.

-¿Y cómo sabrán si están o no teniendo sexo? –preguntó Peter frunciendo el ceño.

-Se irá a quedar una semana a mi casa, y estaremos juntos en todas partes –dijo Nico orgulloso.

-¿El premio es…? –preguntó Peter arqueando una ceja.

-Si yo gano, Nico lavará mi ropa sucia todos los viernes hasta que tú vuelvas de Nueva York –dijo Gaston orgulloso de sí mismo.

-Si yo gano, el Rubio tendrá que limpiar mi habitación una vez a la semana hasta que tu vuelvas –dijo Nico sonriendo.

-Son unos idiotas –dijo Peter divertido –las apuestas no son sanas.

-Y lo dice uno con experiencia –agregó Pablo. Peter  lo fulminó con la mirada, y Pablo miró hacia otro lado.

-¡Peter , eres un cínico! –dijo Agus -¡tu apostaste con Pablo a que te tirabas a la maestra de matemáticas! –dijo Agus. Los otros cuatro lo miraron fijamente, pues todos habían entendido desde un principio a lo que se refería Pablo.

-Oh sí Agustin, eres un genio, descubriste América. –dijo Peter rodando los ojos.

-No, ese fue Colón ¿cierto? Christopher Colón. –dijo sonriente.

-Eh Agus, se llamaba Cristóbal –musitó Nico.

-Es casi lo mismo –dijo Agus rodando los ojos –bueno, el tipo ese.

-Y Peter luego fue tan honesto que no aceptó el premio –dijo Gaston burlón.

-Siempre he sido honesto querido  –dijo Peter palmeándole el hombro al rubio.

-Sí, pero le convenía más a Pablo, pues no puede vivir sin su moto, y Peter terminó tirándose a Smith como cinco veces –se burló Agus. Peter le dio un manotazo.

-Siempre le gustaron mayores –susurró Nico, que también recibió un manotazo de parte de Peter.

-En fin ¿cambio de tema? –dijo Peter exasperado, pasándose la mano por el cabello mientras miraba al suelo.

-Bueno, ¿a qué hora tienes que estar en el aeropuerto mañana? –preguntó el rubio, Louis suspiró, agradecido de que no fuera el mismo tema anterior, o algún tema que se acercara al nombre de Lali.

-El avión parte a las 8 am. Debo estar a las siete –dijo frunciendo el ceño –así que, hoy es la despedida…

-¡Ay, el bebe se nos va! –dijo Pablo divertido –bueno, te irás a Nueva York, te divertirás, harás muchas idioteces, lo sé.

-Nos contarás como son las americanas ¿cierto? –preguntó Gaston haciendo un pucherito.

-Gaston , le contaré a Pochi acerca de esto –dijo Nico con una gran y burlona sonrisa de suficiencia.

-Lo haces, y le cuento a Euge que le miraste el trasero a su mejor amiga –dijo el rubio con tono amenazante.

-¡Pero si tenía bonito trasero! Tú también se lo miraste- dijo enfadado.

-Pero no es la mejor amiga de mi novia –dijo Gaston divertido. Nico frunció el ceño.

-Pero el de Euge es mejor –dijo Nico finalmente.

 Todos se rieron. Pablo casi ni había tomado de su cerveza, así que tomó un sorbo mientras los miraba divertido. Pero pese a todo, se sentía mal. Los chicos hablaban de sus novias, mientras él pensaba en su ex, rogando que regresara. Quizás Estados Unidos lo ayudaría un poco con el tema, quizás necesitaba cambiar de aire. Pero no, el destino otra vez le jugaría una mala pasada. Se despidió de sus amigos con un emotivo abrazo cuando se hizo tarde, había reído y la había pasado como hace mucho tiempo no lo hacía. Todos los chicos le dijeron que necesitaba cambiar de ambiente, y también lo abrazaron fuerte, sin dejar de decirle que se cuidara y se portara mal. Peter sonrió, extrañaría a esos idiotas.

Pero Estados Unidos finalmente le haría cambiar de ambiente, pero no como el creía.

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Hasta el viernes besos 

tengan una buena semana :)